Un contracuento italiano
de Jenn Díaz
Ilaria se había subido al tejado, por la tarde, y medio anciana como estaba tenía miedo de bajar, pero Abriguito parecía que no tenía prisa, así que iba demorando el temor de caerse de allí mirándolo y diciéndole: gato bueno, Abriguito, gato bueno, tú me vas a ayudar a bajar de aquí. Leer más